Destrucción segura de datos en la era del Big Data

como detruir documentos oficiales mientras teletrabajo

La cantidad de datos que generamos cada segundo no deja de crecer. En esta era del Big Data, donde millones de archivos, registros y documentos digitales circulan constantemente, saber gestionar la vida útil de la información es tan importante como protegerla. Pero, ¿qué ocurre cuando esos datos dejan de ser necesarios? La destrucción segura de la información se ha convertido en una prioridad estratégica para cualquier organización responsable.

Importancia de la destrucción de datos en el entorno Big Data

El Big Data no solo se caracteriza por la cantidad de datos, sino también por la rapidez con la que se generan y la diversidad de sus formatos. Esta combinación hace que mantener bajo control la información sea todo un reto. A mayor volumen, mayor exposición a brechas. Y cuanto más rápido se acumulan los datos, más fácil es perder el control sobre lo que ya no se necesita. Es por eso que los tres desafíos del Big Data es el Volumen, velocidad y vulnerabilidad.

Riesgos legales, económicos de no destruir datos correctamente

No todos los datos deben conservarse para siempre. De hecho, la información que ya no es relevante para el negocio o que ha superado su periodo legal de retención puede convertirse en un riesgo. Cada archivo innecesario almacenado es una puerta abierta a posibles fugas, accesos no autorizados o sanciones por incumplimiento normativo. Ignorar la correcta eliminación de datos puede tener consecuencias graves:

  • Multas por incumplimiento del RGPD u otras leyes de privacidad.
  • Pérdida de confianza de clientes y socios comerciales.
  • Deterioro de la reputación de marca.
  • Costes operativos por almacenamiento innecesario.

Tipos de datos que requieren destrucción segura

No todos los datos son iguales ni requieren el mismo nivel de protección, pero muchos comparten un riesgo común: pueden ser explotados si no se eliminan correctamente.

Datos personales y sensibles según el RGPD

Se trata de toda información que puede identificar directa o indirectamente a una persona. Esto incluye:

  • Nombres y apellidos
  • Direcciones físicas y electrónicas
  • Números de teléfono, DNI o pasaporte
  • Datos bancarios, de salud o biométricos

El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) impone la obligación de no conservar esta información más allá del tiempo estrictamente necesario. Cuando ya no es útil ni legal retenerla, debe eliminarse de forma segura para evitar vulneraciones de derechos fundamentales.

Información corporativa confidencial

Más allá de la información de carácter personal, las empresas también manejan datos sensibles que pueden comprometer su operativa o su ventaja competitiva:

  • Contratos con clientes o proveedores
  • Planes de negocio y estrategias internas
  • Estados financieros o contables
  • Diseños, patentes o modelos registrados

Este tipo de documentación debe destruirse conforme a procedimientos controlados que garanticen la imposibilidad de reconstrucción o acceso no autorizado.

Datos temporales generados por sistemas de Big Data

En entornos de Big Data, los sistemas analíticos suelen generar grandes volúmenes de datos temporales, copias intermedias o resultados desechables. Aunque no siempre contienen información crítica, pueden volverse peligrosos si no se gestionan correctamente. El problema radica en su acumulación silenciosa: quedan en servidores, discos o respaldos donde nadie los vigila. Por eso, su eliminación programada debe formar parte del ciclo de vida del dato.

Normativas sobre destrucción de datos en entornos digitales

El RGPD establece que los datos personales deben conservarse solo durante el tiempo estrictamente necesario. Esto implica que, una vez cumplido ese plazo, deben ser eliminados o anonimizados. No hacerlo puede suponer sanciones que alcanzan millones de euros.

Normas sectoriales: ISO 27001, ENS, legislación nacional

Además del RGPD, existen otras normativas específicas que complementan la seguridad y destrucción de la información:

  • ISO 27001: estándar internacional que establece requisitos para un sistema de gestión de seguridad de la información. Incluye directrices sobre la eliminación segura de soportes y datos.
  • ENS (Esquema Nacional de Seguridad): normativa obligatoria para administraciones públicas y proveedores que operan con ellas en España. Establece principios de gestión de riesgos y medidas de seguridad que incluyen la destrucción de información.
  • Leyes sectoriales: como la LOPDGDD (Ley Orgánica de Protección de Datos y Garantía de los Derechos Digitales) en España, o normativas específicas en sectores como el sanitario, educativo, financiero o jurídico, donde existen plazos y requisitos adicionales de conservación y eliminación de documentación sensible.

¿Quién es responsable de la destrucción de datos en una empresa?

La responsabilidad de eliminar los datos de forma segura recae principalmente sobre el responsable del tratamiento, es decir, la entidad que decide cómo y para qué se usan los datos. También debe intervenir el encargado del tratamiento, que es la empresa o profesional que trata los datos por cuenta del responsable.

Ambos deben establecer políticas internas claras, aplicar medidas técnicas y organizativas eficaces, formar adecuadamente al personal implicado y asegurarse de que, en caso de externalizar el servicio de destrucción, el proveedor elegido esté debidamente certificado y ofrezca garantías documentadas de cumplimiento normativo.

Métodos de destrucción de datos digitales

Algunas técnicas simplemente ocultan o borran el acceso a los datos, pero no los eliminan del todo. Otras, en cambio, destruyen el soporte físico para que sea imposible recuperar la información. Elegir el método correcto es clave para evitar riesgos legales y de seguridad.

Eliminación lógica de datos

La eliminación lógica es el primer nivel de destrucción de datos. Consiste en borrar la información digital mediante comandos o software que impide su acceso o la sobrescribe. Algunos ejemplos comunes son:

  • Borrado manual de archivos.
  • Formateo del disco duro.
  • Sistemas de "wiping" o sobrescritura múltiple de datos.

Estos métodos pueden ser útiles para usuarios domésticos o empresas que gestionan datos poco sensibles. Sin embargo, su gran limitación es que los datos pueden ser recuperados mediante herramientas especializadas si no se aplican correctamente. Por eso, en entornos empresariales o cuando se trata de información confidencial, la eliminación lógica por sí sola no es suficiente.

Eliminación física de datos

Cuando lo que se busca es una destrucción irreversible, la mejor alternativa es actuar directamente sobre el soporte físico que contiene la información. Algunos de los métodos más comunes y eficaces son:

  • Trituración de discos duros, memorias USB y tarjetas SD. Se rompen físicamente los dispositivos para hacer imposible la lectura de los datos.
  • Degaussing o desmagnetización. Este proceso borra el contenido de discos duros y cintas magnéticas mediante campos electromagnéticos de alta intensidad.
  • Incineración controlada. En algunos casos, se opta por quemar el soporte en instalaciones certificadas, una práctica habitual en sectores como el sanitario o el militar.

Estos sistemas son obligatorios en sectores que manejan datos especialmente sensibles, como salud, defensa, entidades bancarias o instituciones públicas.

¿Qué método elegir?

La elección dependerá del tipo de datos, la sensibilidad de la información y la normativa aplicable. En general, para datos personales o confidenciales, lo más prudente es optar por métodos certificados y combinados (eliminación lógica + física).

La trazabilidad en la destrucción de datos: garantía frente a auditorías y fugas

En el contexto actual, no basta con destruir los datos: hay que poder demostrar que se han eliminado correctamente. Aquí es donde entra en juego la trazabilidad. Contar con un proceso documentado y verificable es esencial para responder ante auditorías, inspecciones o posibles incidentes de seguridad

Certificado de destrucción digital

Es un documento emitido por una empresa especializada que acredita que los datos han sido eliminados de forma segura, conforme a la normativa vigente. Sirve como respaldo ante auditorías y como prueba documental en caso de inspecciones o litigios.

Cómo demostrar la correcta eliminación de datos ante inspecciones

Para que una organización pueda demostrar que ha eliminado los datos conforme a la ley y las buenas prácticas, debe contar con:

  • Un registro documental completo del proceso de destrucción.
  • Certificados de destrucción que incluyan detalles técnicos verificables.
  • Informes de seguimiento o auditorías internas que validen la aplicación de los procedimientos definidos.

Estas evidencias son clave para pasar una auditoría de protección de datos o responder ante una posible denuncia por mala gestión de información.

La importancia de trabajar con proveedores certificados

Subcontratar la destrucción de datos a un proveedor especializado no es solo una cuestión de comodidad, sino una garantía. Estas empresas utilizan herramientas certificadas, siguen protocolos estrictos y emiten documentación válida en caso de inspección.

A la hora de elegir un proveedor:

  • Verifica que esté certificado en normativas como ISO 27001.
  • Asegúrate de que esté inscrito en los registros oficiales que correspondan a su actividad.
  • Comprueba que pueda gestionar todo tipo de soportes, tanto físicos como digitales.

Una buena elección no solo reduce riesgos legales, también refuerza la confianza que clientes y colaboradores depositan en la organización.

Preguntas frecuentes sobre destrucción de datos y Big Data

¿Es lo mismo borrar que destruir un dato?

No. Borrar un dato puede hacerlo accesible nuevamente mediante herramientas de recuperación. Destruir implica que ese dato es irrecuperable por completo.

¿Qué pasa si conservo datos más tiempo del legalmente permitido?

Podrías enfrentarte a sanciones importantes según el RGPD, además de acumular riesgos innecesarios de fuga o acceso no autorizado.

¿Se pueden destruir datos almacenados en la nube?

Sí, pero debe hacerse a través de herramientas seguras ofrecidas por el proveedor. Es fundamental que garanticen el borrado completo y permanente del dato.

¿Cuánto cuesta un servicio de destrucción profesional?

Dependerá del volumen, tipo de soporte y nivel de seguridad exigido. Es una inversión mucho menor que el coste de una fuga o sanción por mala gestión.

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